Un feminismo que también existe
En los últimos años, se ha desarrollado una creciente actividad institucional y
legislativa que ha tenido como objetivo abordar las desigualdades entre mujeres
y hombres y las dificultades específicas de aquéllas para integrarse de forma
plena e igualitaria en el tejido social. Esta actitud, indudablemente positiva,
ha estado impulsada por el eslogan feminista de “lo personal es político” y ha
llevado al terreno de los debates y de las actuaciones públicas cuestiones que
durante mucho tiempo se consideraron propias del ámbito privado y, por lo
tanto, ajenas a la intervención institucional. En otras palabras, el legislador
se ha enfrentado con el problema de la vida privada como posible fuente de discriminación
y opresión, con la importancia de la vida laboral como resorte para adquirir
autonomía y realización personal por parte de las mujeres, y con la difícil
conciliación de la vida familiar con la vida laboral y la actividad pública.
En los dos años del actual gobierno Zapatero, la actividad legislativa en lo
que se refiere a asuntos que conciernen de manera específica a las mujeres ha
sido intensa. En un corto espacio de tiempo se han aprobado la Ley Orgánica de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la Ley por la que se modifica el
Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (parejas del mismo
sexo), la Ley por
la que se modifica el Código Civil en materia de separación y divorcio y el
Plan Concilia. Asimismo, está pendiente de tramitación una Ley de Igualdad,
cuyo anteproyecto acaba de dar a conocer el Gobierno, la Ley de Dependencia, y se ha
prometido una Ley de Mediación Familiar, así como la creación de un fondo de
garantía de pensiones para los casos de impago de pensiones de divorcio, y una
Ley de Identidad de Género.
Todas estas medidas han sido objeto de debate, no sólo el plano de las
opiniones estrictamente políticas, sino también en el terreno del feminismo. Ha
habido opiniones feministas ampliamente difundidas que han apoyado determinadas
orientaciones y han criticado otras, de forma que el feminismo ha aparecido
ante la opinión pública con una sola voz y con una única orientación, mientras
que otras voces, como la nuestra, representativas igualmente del feminismo,
apenas nos hemos podido o sabido hacer oír. Por eso hoy queremos llenar ese
hueco y hacer llegar nuestra voz a la opinión pública.