You can dance

Pero yo quería hablar del memorial de Eve Kosofsky Sedgwick. Éste era el acontecimiento del que me había propuesto hablar, como una excusa en relación a la performance. María José vino expresamente desde Madrid y arrastramos a dos amigos más, Iñaki y Dani, que no conocían el trabajo de ella y se encontraron una mañana de sábado en un auditorio de la universidad CUNY, a la sombra del Empire State Building, sentados en las butacas, haciendo de público. Mirábamos un escenario ocupado por un enorme grupo de gente sentada en sillas plegables, acercándose, de uno en uno, a un micrófono en un estrado: su terapeuta, sus estudiantes favoritos, su hermano, su amigo… homenajeando a Eve K. Sedgwick que murió de cáncer, en abril.

Eve K. Sedgwick es junto a Judith Butler, entre otros autores, quienes han articulado el termino “performativo” en los estudios de género y de la teoría queer.

 

Conocí tarde su trabajo, cuando ya había publicado Touching Feeling. Affect, Pedagogy, Performativity (2003) y es lo primero que he leído de ella. El libro es asombroso en su sutileza, en cómo pone en contacto lo que en principio parece irreconciliable.

Parafraseando libremente la presentación en el libro me resistiré a la articulación, de manera que quede abierta la condición de posibilidad. “At best I hope … where some approaches may be … inarticulated, a sense of posibility”.

Estoy en la “performance” a duras penas, siempre he sentido una enorme resistencia al uso de esta palabra en relación a mi trabajo. En vez de ello he preferido usar la palabra “acción”, más inmediata, más lejos de su referencia a “lo teatral”. En realidad es un truco, aunque el deseo de acceder a la no-representación, a lo “real” permanece. Como si esto fuera posible o deseable. En el fondo es el  fruto de la época en la que he desarrollado mi trabajo, de su contexto y de sus límites y limitaciones, de las mías propias.

Es todo una cuestión de palabrería, de etimología, de emparentamiento,“performance” suena en mis oídos como ”heterosexual”. Ambas palabras despiertan en mí la resistencia de la normativización, ambas encienden la luz roja de alarma. Son expresiones de los límites.

No empecé a hacer un uso consciente del término hasta mucho más tarde, desde  mi obstinación, yo también soy Tauro, tras la apropiación y desarrollo del término “performatividad”, desde la teoría queer y los estudios de género (entre otros). No sé si es casualidad el que se haya producido un cambio en la negociación con “espectadores” o “público” y “espectáculo” en mi trabajo, podría nombrar  ”Aplauso”, realizada en el museo Guggeheim-Bilbao. Esta acción es un desplazamiento en relación a la mayor parte de mis acciones en las que el público es fortuito y no está invitado.

 

Applause.

2007

Performance at the Guggenheim Museum, Bilbao.

The performer faces the public with a slow steady clapping. It makes the public aware of their role as spectators and their expectations. The tension between them grows until it becomes unbearable and suddenly someone starts clapping in response, as an irreverent gesture towards the rigor of the performer. The clapping spreads rapidly like a virus and the public is now comforted in the joy of feeling belonging and the performer raises the speed of the clapping until it all merges in the anonymous applause. It continues for a while until slows down, people get tired and stop and the performer recovers the slow steady clapping of the beginning alone again and then stops.

 

 

Así mi trabajo se ha desarrollado alrededor del término “performance”, en su registro y en la articulación de lo que es posible representar en relación al mismo. En su edición. Tal vez porque el acceso “al vivo y al directo” de la performance, se daba más en la cultura popular, en los conciertos, en cambio mi acceso al ”live art” en Bilbao, en la facultad de BBAA, se produjo por medio de los registros históricos de la misma y mi interés se ha centrado más  en desentrañar la naturaleza de tales registros.

Parece que la palabra “performance” fuera ajena a su contexto y últimamente me preguntan sobre su significado de forma intercambiable, desde el sistema del arte o desde contextos mas relacionados con la teoría queer o los estudios de género ¡La hibridación es tan productiva! El contexto y la genealogía del término no son exactamente los mismos, el sujeto de estudio no es el mismo, la producción de sentido está dirigida a paisajes de conocimiento distintos, aunque en ocasiones sus fronteras son difusas o inexistentes… a  mí me fascina la especificidad, la convención en ambos casos, en todos los casos.

 

Nota: Va a celebrarse un simposium sobre el trabajo de Eve K. Sedgwik en Boston:

www.bu.edu/honoringeve

 

 

 

 

Acciones de Documento

SOBRE LA DIALÉCTICA ACCIÓN / REGISTRO

Enviado por aimar arriola en 11/12/2009 17:39
Hola Itziar:

Gracias por el texto. En paralelo, ojeo estupefacto el número de noviembre de la revista ExitExpress, que dedica su tema central a la performance (“arte vivo y en directo”, reza el titular). A excepción de la contribución de Esther Ferrer, a modo de texto/acción, el resto de contenidos suponen un cúmulo de convenciones en torno a lo que de forma generalizada se entiende por performance: un “arte libre” (p.17), que “remite siempre al cuerpo”(p.40), de carácter “ritual” (p.21) y “mesiánico” (p.24). Hay incluso un breve texto de Nieves Correa titulado “¿Porqué el arte de acción hecho por mujeres es siempre tan interesante?” (!), no digo más.

Ninguna referencia en la revista a la dialéctica entre acción y registro, a la traducción de la acción a documento, que de todo lo que se desprende de tu texto --performance como edición--, es en lo que me gustaría incidir aquí. Personalmente, le debo al trabajo de Joan Jonas el haber comprendido en toda su complejidad que la fricción que se produce entre una performance y su registro, entre la acción y su traducción, es lo que en realidad alimenta su desarrollo como forma de intervención. Pensaba en esto tras visitar tu exposición de principios de año, en la galería Carreras Múgica de Bilbo.

Por un lado, las fotografías que te mostraban megáfono en mano incidían en el modo en el que la documentación visual de un evento es insuficiente para informar sobre lo acontecido. Pensaba en cómo el recurso a un tipo de registro visual (en aquel caso, la fotografía), cuya naturaleza ontológica no se corresponde al evento documentado (el irrintzi, una acción sonora), no hacía más que evidenciar la falta de co-relación entre acción y registro. Por otro lado, las piezas de vinilo, en su fisicidad, empujaban al registro sonoro de otra acción (Aplauso, del Guggenheim) hacía el terreno de lo escultórico, volviendo a incidir en el carácter inestable de todo registro. De todo esto escribía en una reseña de la expo que escribí para Mugalari.

Con cierta distancia, y como testigo de la acción, es interesante ver las derivas que ha acabado tomando la acción "Aplauso" del Guggenheim, y me llevan a pensar sobre la idea de "intención" en relación al registro de una acción. Si mal no recuerdo, inicialmente, la acción no fue ideada para su registro, sin embargo una serie de decisiones al margen de tu voluntad hicieron que finalmente existan tanto registros fotográficos como sonoros, que a su vez han dado fruto a ulteriores traducciones (como esas dos piezas de la expo de Carreras). De algún modo, ese carácter fortuito del registro añade un factor adicional a la dialéctica entre acción y registro.

De tu texto, también me interesa que plantees abiertamente la posibilidad de que se pueda estar produciendo un cambio en tu relación con las nociones de público, espectador, espectáculo... lo que me lleva a introducir la noción de "expectativa", que últimamente y desde varios frentes me está interesando abordar. La expectativa como un elemento regulador que inaugura una posibilidad razonable de que algo suceda y genera la proyección de especulaciones sobre sus posibles desencadenantes. Ya en su día hablaba con Azucena de la noción de "convención", que de un modo u otro ser relacionaría con esto. De algún modo, el trabajo de ambas podría definirse como un intento de subvertir la convención.

Nada más por ahora, y disculpa si me he apartado en exceso de tu texto.

Un abrazo,

aimar

SOBRE YOU CAN DANCE

Enviado por azucena en 11/12/2009 17:39
En relación a todo esto he recordado que le escribí a Itziar sobre su exposición en Bilbao en la galería Carreras Mugica, que conocía a través de las fotos que me envió ya que no pude ir a verla finalmente. He encontrado este correo, aunque lo he reelaborado y ampliado, mantiene el tono de cómo se envió:

... Hace tiempo que esperaba las fotos de la exposición, me gusta como has enmarcado, me recuerda a las piezas de rekalde, los metacrilatos apoyados en la pared, un poco collage, imágenes que construyen otras, que quieren ser otra cosa, que se "remueven/revuelven", que se distancian de lo que son o representan como imágenes. Ayer por la noche hablaba con Jon Mikel y le comentaba que el otro día pensé (como uno de esos destellos fugaces que se tienen y que se presentan como certezas) en que tú y él tenéis una misma relación para trabajar con las imágenes. Lo hacéis desde una aproximación que tiene que ver con esa capacidad para aprehender y construir imágenes, imágenes visuales, desde lo extraordinario y poderoso que eso es, con todo lo que transmite una vez hecho. Todo ello en un grado hiper, que va más allá y el resultado muestra la complejidad y la sofisticación que la tarea implica. En ese sentido, aunque no lo he visto en la expo, me imagino la pieza de vinilo como una voluntad de construcción de una imagen, el sonido es imagen, hay una aproximación a ello desde esa capacidad de percepción visual en grado superlativo... no se si me explico bien... estuvimos un buen rato charlando sobre esto y sobre cómo en ocasiones “vivimos” este tipo de cuestiones como incapacidades (la melancolía hacia lo otro, hacia lo que no tenemos) y no al revés, como el poder de las capacidades. Yo le comentaba que en ese "destello fugaz" veía acercamientos o primeras aproximaciones, o lugares desde los que se trabaja, construye o representa, la acción y su registro, que pasan por distintas experiencias desde los sentidos, una de ellas el mirar de esa manera tan hiperbólica para incorporar y generar siempre un componente de extrañeza con respecto a la realidad y a lo que una misma hace.

Le comentaba también que, de algún modo, yo me veía más cercana a Sergio en ese acercamiento, primera aproximación o lugar desde el que se trabaja, construye o representa, que pasa más por tocar, una experiencia desde los otros sentidos, que por el mirar de esa manera tan hiperbólica.

azucena

SOBRE LOS PELIGROS DE LA CONVENCIÓN Y DE LA INVENCIÓN EN LA INVESTIGACIÓN

Enviado por María José Belbel en 11/12/2009 17:40
Estuve en el simposio Honoring Eve organizado por la Universidad de Boston y que tuvo lugar el 31 de octubre, con el que se homenajeaba a Eve Kosofsky Sedgwick que falleció el pasado 12 de abril. Tengo un enorme interés y una gran cercanía con el trabajo de Eve K. Sedgwick desde que empecé a leerla hace unos doce años. ¿Por qué? y aquí viene a cuento el blog de Itziar, por la absoluta falta de convencionalidad de su trabajo y de su vida.

Eve es conocida en el Estado español sobre todo por su libro Epistemología del armario,1990, su único libro traducido al castellano en 1998. Anteriormente había publicado Between Men: English Literature and Male Homosocial Desire, 1985, que según sus propias palabras había movilizado “a fusion of feminist and gay male preoccupations and interrogations”. Eve se hizo feminista “desde que supo lo que esa palabra quería decir” como declara en su autobiografía A Dialogue on Love de 1999; es por ello por lo que sorprende la absoluta falta de fundamento con la que se la describe como “postfeminista”, a ella y a Judith Butler, en algunas recientes publicaciones madrileñas que por ser tesis doctorales debían estar mejor dirigidas y mejor investigadas. Considerar el trabajo de Butler y el de Sedgwick como postfeminista me parece una convención que toma la forma de una regla de tres ( la modernidad es a la postmodernidad , como el feminismo es a X, resultado: postfeminismo) y algo peor, una invención, ya que una gran parte del trabajo de Sedgwick está dedicado a reconceptualizar el feminismo en el contexto que le había tocado vivir después de los años setenta: la pandemia del Sida, que el presidente Reagan tardó seís años en mencionar públicamente en un ejercicio de crueldad de difícil parangón, y las “sex wars” de los años ochenta en EEUU en torno a la pornografía y a una idea monolítica de sujeto político La Mujer, que obviaba las diferencias entre las mujeres.

Espero escribir otro día de algunas convenciones sobre las que Eve reflexionó críticamente en una época muy difícil, de forma pionera y productiva para el futuro y por lo que tanto le debemos.

María José

SOBRE LOS PELIGROS DE LA CONVENCIÓN Y DE LA INVENCIÓN EN LA INVESTIGACIÓN

Enviado por carme en 11/12/2009 17:41
muchas gracias a Itziar por su post,
y a Aimar, Azucena y Maria José por sus comentarios que me han ayudado a pensar cuestiones que no son fácilmente expresables pero que me preocupan especialmente. Y, a pesar de esa dificultad para abordarlas, creo que es fundamental decirlas, hacerlas explícitas. Leer y escuchar cómo ha evolucionado esa resistencia a hablar de perfomance en el caso de Itziar ha sido para mí clarificador, poder entender y visualizar cómo se ha puesto de manifiesto en su trabajo esa resistencia a una convención, a lo que podría ser interpretado y lo que iba a ser obviado. Esa perspectiva sobre su trabajo y sobre la performance me parece muy valiosa.
Como también lo es ver cómo esa resistencia se traslada luego a la documentación. Cómo contar todos los matices de lo que ha sucedido, la forma en la que lo ha hecho y manifestar ese lugar en el que está el trabajo que no quiere ser obviado. Creo que estas cuestiones a las que aludís son muy complejas y esa complejidad está muy bien descrita en el comentario de Azucena
así que gracias por esta inspiración

DOCUMENTO/REGISTRO/RIESGO

Enviado por Edu Hurtado en 11/12/2009 17:41
Totalmente de acuerdo con muchos comentarios surgidos a partir del post. Simplemente matizar y amplificar aquello que puede referirse al modo en que se producen los "registros" y por otro lado, a la manera en que la performance es leída, traducida y mostrada dentro del ámbito universitario.

Entiendo la performance (aunque prefiero hablar de acción) no "representa" sino que "presenta" procesos de construcción de sujeto. Las acciones que me interesan parte de la no-ficción y si de la experencia vivencial. Creo que porque considero puede ser una forma muy emancipadora de dar lugar a cuestiones que se escapan a la formalización o la puesta en escena. En este sentido el borde en que se sitúa el performer (y hablo desde mi pequeña experiencia) abre unas grietas, en el propio sujeto, que se escapan a cualquier articulación posible a-través de la imagen.
Con todo esto quiero, simplemente, hablar y acercarme a cómo se produce el registro de la acción y al proceso de documentación/desdocumentación de las acciones. ¿Este registro produce representación? ¿Desactiva el proceso mismo de origen? ¿Se constituye en si mismo como un acto performativo en tanto aisla momentos de lo real y tiene posibilidades transformadoras?

Tengo muchas dudas al respecto en mi propia praxis, a la hora de visibilizar este tipo de cuestiones y "documentar" las acciones. Se que es un debate amplio que está en el punto de origen de la performance y que no vamos a llegar a conclusión alguna. No hablo del documento como obra o de la estetización documental, o de la posibilidad de vender los registros...eso es otro tema.

Simplemente del modo en que se activa y desactivan procesos mediante el registro. Creo que este es el lugar para comentarlo.

Y por otro lado, cierto pánico al modo en que se transita la acción performativa en la universidad. ¿Se puede enseñar la performance? Creo que existe cierta distorsión en este sentido puesto que muchas veces se "estudia" el hecho performativo como un compartimento aislado y no como un intersticio entre espacios de creación y un proceso creativo en si mismo (para sujeto y para colectivo).
Depende quién, cómo y dónde, y podemos añadir muchos matices...pero dudo de si es efectivo trasladar a un ámbito tan estanco como la universidad la práctica performativa (no por ponerla a parte sino por y precisamente reivindicar su diferencia a la hora de aproximarse a su práctica).

Muy a favor de este foro y de poder hablar de estas preocupaciones. Seguimos.

Gracias a todxs. Edu.