REGRESO AL FUTURO
Al titular su último filme La Misa ha terminado, Nanni Moretti no sospechaba lo ajustado del término. ¿Desde cuándo era comparable la crítica cinematográfica a un cura al que, de cuando en cuando, se va a ver para que con la ayuda de un poco de escritura, bautice como «filmes» a productos audiovisuales cada vez más degradados? ¿Desde cuándo no había ya ni misa ni sermón? ¿Desde cuándo el público —adulto, al fin y al cabo— no hacía ya lo que le daba la gana? ¿Y desde cuándo giró la «fiesta» de Cannes hacia la carnicería catódica? La cosa es que en 1987, frente a la crisis del cine (que es ante todo una crisis de las salas de cine), en el pequeño mundo de los «profesionales del oficio» algunos comenzaron a perder la moral, y otros los estribos. Fue entonces cuando me planteé, por primera vez, la más elemental de las preguntas: ¿a qué viene, hoy en día, eso de hacer crítica cinematográfica?
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