Zehar #54 54 La repolitización del espacio sexualLa repolitización del espacio sexual en las prácticas artísticas contemporáneas El hilo conductor del presente número de Zehar pretende esbozar un recorrido a través de las prácticas artísticas contemporáneas con el objetivo de analizar el impacto que la teoría y prácticas queer han tenido en las políticas feministas en torno a la identidad, el género y la diferencia sexual. ¿De qué manera se adoptan y transforman posiciones teóricas y modos de hacer
de generaciones anteriores por parte de las artistas de generaciones
posteriores? LauraMulvey en su ensayo Placer visual y cine narrativo convocó a una primera generación de artistas de vídeo feministas a combatir el placer que el cine proporciona: el placer de mirar. El negar y aniquilar tal placer se utilizó como táctica política para abordar la cuestión del lugar en el que la mirada masculina (pero no sólo masculina, la mirada como un complejo entramado de poder) sitúa a las mujeres. Laura Kipnis en su texto Transgresión de mujer analiza otros trabajos en vídeo posteriores, en diálogo con la teoría queer, que reformulan estas políticas sobre el placer y el género, sobre la mirada y la sexualidad, y mediante el uso de tácticas de reapropiación de la narrativa, del humor y del placer visual, pretenden atraer más que distanciar y se dirigen al público de forma placentera, posibilitando una línea de fuga con respecto a algunos de los aspectos más restrictivos de las políticas de representación feministas anteriores, aún siendo conscientes de estar en deuda con éstas. Desde finales de los ochenta se vienen desarrollando una serie de performances en torno a lo que Judith Halberstam denomina masculinidades de mujer, que cuestionan las categorías sexo/género y el binomio masculinidad/hombre como algo natural. Estas performances de masculinidad se constituyen como representaciones del deseo queer, como una manera de negar el placer visual para la mirada androcéntrica y heterocentrada. Generan formas de identificación y reconocimiento por parte del público que comparte la experiencia en torno a la indumentaria, los gestos, la mirada, el cuerpo, creando nuevos códigos de representación y desnaturalizando la masculinidad. A la afirmación de Simone de Beauvoir de que “no se nace mujer”, se añadiría que “tampoco se nace hombre”. Hoy día se están desarrollando desde los márgenes de los discursos hegemónicos una serie de trabajos que apuntan hacia una construcción del género diversa, que se apropian, subvierten y producen convenciones de género desde esos márgenes. Dichos trabajos socavan la representación del mismo como algo auténtico, normal y natural, y se interesan por la creación de identidades fluidas, no binarias, como forma de deconstruir la identidad y de desestabilizarla, así como para ofrecer espacios de identificación a una gama de posibilidades corporales más amplia.
Erreakzioa/ Reacción & María José Belbel
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