My name is 192.168.159.16

Varvara Guljajeva, en colaboración con Mar Canet. Cuatro muñecas suspendidas por cables, en cada una de ellas un altavoz, cuatro relays, un ordenador y un modem. Estos son los elementos básicos esta obra de Guljajeva; a través de ellos, la artista nos define su punto de vista sobre el individuo hoy día: las personas están conectadas a la red más que nunca.

Citando la web del proyecto:

 

En este punto, estoy totalmente de acuerdo con Mitchell: “la desconexión será amputación. Enlace, luego existo”

 

que nos retroatrae a la extensión de los sentidos de Mcluhan a través de los medios de comunicación, a la creación de nuevas extensiones del cuerpo. Pero, ¿podríamos decir aún sentidos? ¿O extensión de las extremidades? La información y la vinculación con el mundo que nos ofrece la red se parece más a una droga o a una adicción, es una inyección de información directa al cerebro que se organiza de forma paralela pero simbiótica a las vivencias del mundo real. Si hoy día no podemos entender un ordenador sin conexión a la red, ¿podemos imaginarnos a nosotros mismos sin poder estar online? Ya en 1984, William Gibson – un hombre que nunca antes había visto un ordenador - lo anticipaba en Neuromante, la novela que dio en la practica el pistoletazo de salida al genero ciberpunk: en la novela, una de las peores penas posibles era una operación cerebral que impedía la conexión al ciberespacio.

 

Más información, fotos y videos en http://varvarag.cdrews.de/projects.htm#ntw_doll

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